Hablan como catedráticos, honorables profesores de universidad, miembros de la junta directiva de un respetable colegio, expertos en tal o cual tema y no son más que simples enterradores que cobran (por derecho o por revés) cada palabra, artículo, libro, que escriben, al dictado siempre, de los que les pagan, financian, subvencionan...
Al otro lado el guerrero zen de Mishima que "puede ser justo o injusto, loco o no, pero nunca actúa movido por los intereses de los comerciantes, por lo que podemos confiar en él”.
Cada cual elija. Nosotros lo tenemos claro.
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