Las diez concesiones de las denominadas "autovías de primera generación" (que representan menos del 5 % de la longitud de la Red de Carreteras del Estado) se van a chupar casi un tercio del presupuesto de este año de la Dirección General de Carreteras dedicado a conservación y explotación, el próximo año más de lo mismo, y si no cambian mucho las cosas, así será hasta el año 2026.
Por eso tiene su punto de gracia, y su punto de indignación, leer en el artículo "Aspectos presupuestarios de la colaboración público-privada" publicado en el año 2006 en un monográfico de la revista del Instituto de Estudios Fiscales "Presupuesto y Gasto Público" del ahora Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas dedicado a las maravillosas colaboraciones público-privadas que:
"Para valorar en qué medida estos compromisos condicionarán los futuros presupuestos en materia de carreteras hay que tener en cuenta que:
- Para el pago del canon se utilizará parte del presupuesto que actualmente se destina al mantenimiento y conservación de carreteras.
- Suponiendo un crecimiento anual del 6% del Capítulo 6 de los Programas de creación de infraestructura de carreteras y de conservación y explotación de carreteras gestionados por la Dirección General de Carreteras, los compromisos futuros no superan, en ningún año del período 2007 a 2026, el 6% de las dotaciones previstas".