"No hablemos de esos pobres idiotas que siempre cumplen con sus obligaciones, sin hallar jamás la recompensa de su trabajo, y a los que yo llamo la cofradía de los chancletas de Dios. Entre ellos está la virtud en todo su apogeo, pero también está la miseria. Yo me figuro el gesto de esas buenas gentes si Dios les gastara la broma pesada de ausentarse del juicio final." (Balzac)