jueves, 11 de noviembre de 2010

Nuestro catecismo carretero...

El 29 de mayo de 2003 en el apartado de novedades de carreteros colocábamos parte de un correo que habíamos recibido [escrito por una persona que en aquel entonces admirábamos... (siempre hemos sido muy tiernos...)]. En él se mencionaban una serie de verdades de las que su autor hoy se avergonzaría, a nosotros nos siguen pareciendo incuestionables:
  • "Las infraestructuras de titularidad pública las pagamos los ciudadanos (y nadie más que los ciudadanos). No le debemos favores a nadie: ni a supuestos financiadores, ni a supuestos ideólogos.
  • En muchas épocas nuestros electos nos obligan además a pagar cuantiosas plusvalías a amigos suyos. Nos dicen que sólo así podremos tener infraestructuras, y nosotros nos lo creemos (tenemos una ilusión).
  • Una administración pública altamente profesionalizada e independiente es imprescindible. Desgraciadamente, nunca la administración pública española estuvo tan condicionada y tan maniatada.
  • El objetivo fundamental no debe ser la construcción de nuevas vías de comunicación de características más o menos faraónicas; ni poder ir más deprisa desde ningún sitio a ninguna parte. El objetivo debe ser prestar un servicio a los ciudadanos, defendiendo por encima de todo los intereses generales. Ni más, ni menos".
Esos cuatro puntos son, casi, nuestro catecismo carretero...